jueves, 7 de julio de 2016

Corona solar en Jaqué, Panamá * 26 de febrero de 1998 *

Liliette Umaña Muñoz.
Profesora de Física. Liceo Rodrigo Facio.
Publicado en Diario Extra 28/02/1998


Gracias a una gentileza de Telenoticias de Canal 7, tuve la oportunidad de acompañar a dos camarógrafos y una periodista, en su viaje para documentar el eclipse total de Sol del 26 de febrero.
Iniciamos en el Tobías Bolaños poco después de las 7 de la mañana y aunque teníamos prisa, y para que lo sepa, el aeropuerto abre ceremoniosamente a las 7 de la mañana.

El viaje a David fue excelente, allí realizamos los trámites migratorios y luego nos dirigimos a Jaqué, un pueblo predominantemente indígena, en la costa del Pacífico, a menos de 30 km de la frontera con Colombia.
Bien situado dentro de la banda de totalidad, Jaqué nos brindó la oportunidad de ver la corona solar.

Aún guardaba en mi memoria la maravillosa experiencia vivida en Playa Hermosa, Guanacaste, el 11 de julio de 1991. A pesar de la distracción que causó la presencia de Pérez Balladares (especialmente a periodistas) y el revuelo causado por la aparición de gran cantidad de filtros de soldador número 10, que fueron apropiadamente recogidos (algunos) por la Asociación Panameña de Astrónomos Aficionados y sustituidos por filtros apropiados, el eclipse comenzó a transcurrir normalmente, la Luna y el Sol acudieron con puntualidad a su cita, a las 11:10 de la mañana (hora de Panamá).

Las personas del pueblo, algunas temerosas, otras confusas y otras que “bajaron a ver al presidente” participaban tímidamente. Los que han venido de la ciudad de Panamá (unos 100), bien orientados por astrónomos panameños, disfrutaban del evento con filtros, cámaras, telescopios, binoculares y proyectores de agujero.

Diario Extra. 28/ 02/ 1998.
Como bien sabía lo que sucedería, pues me había preparado a conciencia, comencé por observar las “crecientes lunares” proyectadas por os espacios entre las sombras de los árboles. Una señora del pueblo me hace señas y me dice, “Venga, vea”; entramos a una choza de paja con cientos de pequeños agujeritos que proyectaban otras tantas crecientes en el suelo oscuro de su casa, ¡la cámara oscura perfecta! Para observar el eclipse por proyección.

Al ser las 12:40 extendía la sábana que llevaba y pude observar con nitidez y claridad “las bandas de sombra” (claras y oscuras) que recorrían el paisaje.
Luego sobrevivieron en secuencia rápida los últimos rayitos de Sol, colándose por los cráteres profundos de la Luna (“el collar de perlas”, y “el anillo de diamante”) y finalmente tres minutos y medio de bellísima “corona solar”.
Pude distinguir con claridad a Júpiter y a Venus, brillantes testigos del eclipse, al oeste del Sol y a Mercurio al otro lado. Algunos gritamos por el esplendor el fenómeno natural desplegando su grandiosidad, era mi segunda experiencia con un eclipse total de Sol.
A las 12:47, llegó el fin de la totalidad, y todo comenzó a pasar en orden inverso, como si viera la película de la primera parte proyectada en reversa. Y así también concluyó nuestro tranquilo viaje de regreso a Costa Rica, descansar un poco y, de nuevo a clases el viernes.


Referencias adicionales:
http://www.timeanddate.com/eclipse/solar/1998-february-26.
http://fisica1011tutor.blogspot.com/2016/07/hace-25-anos-eclipse-total-de-sol-11-de.html.

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