Yigüirros en mi casa
Quizás desde hace más de 20 años
alimentamos yigüirros (Turdus
grayi) y “come maíz” (Zonitrichia capensis)
con bananos, guinea cuadrada y papaya, ocasionalmente llegan “viuditas” (Tangara azulada) y palomas “yuré”.
Creo que muchos de los yigüirros del barrio descienden de esa línea genética
que he cuidado con cariño.
Todos
los años por abril y mayo escucho sus cantos desde las 4 a.m., veo sus disputas
territoriales y por alimento, la manera cautelosa con que caminan, observando a
cada paso si son vigilados y pueden estar en peligro. Han sido uno de mis
blancos fotográficos favoritos.
Un
día a finales de abril observé un yigüirro sobre una planta colgante que tengo
en el alero del patio, no le di importancia, pensé estaba buscando insectos o
simplemente pasando el rato. Unos días después observé una pequeña cáscara de
un huevo de ave en el suelo y entonces decidí asomarme a la parte superior de
la planta y vi un nido en construcción. Como una semana después vi por primera
vez dos huevos que supuse eran de yigüirro, pues luego vi a la madre en
actitud de “empollar” y más o menos a los ocho días noté que había un tercer
huevo.
No
llevé la cuenta precisa pero como el 15 de mayo nacieron los tres primeros
polluelos de yigüirro que había visto en mi vida, pequeñitos de un color rosado
intenso, casi sin ninguna pluma, con sus ojos cerrados y durmiendo largas horas apretados contra el
fondo del nido, especialmente si me asomaba a observar y tomar fotos.
Vi
como ambos padres se turnaban para darles alimento regurgitado, hábilmente
colocado en el interior de sus hambrientos picos abiertos. Nunca supe cual era
macho o cual hembra, supongo que esta última era la que llegaba más frecuentemente
y la que se sentaba a empollar, pero varias veces pude mirar “el cambio de
estafeta”, por lo que deduzco que de alguna manera ambos progenitores
colaboraron en la crianza.
Estos
yigüirros también se aprovecharon de dos ricos higos maduros que produjo mi
higuera por ese tiempo. Fue un buen complemento para su alimentación. La corta del zacate del patio, también les dio la oportunidad de sacar
lombrices, cuya proteína aún moviéndose, casi viva, también la comieron las
crías.
Tenía
cierta aprensión porque suponía que el tercer polluelo estaría en cierta
desventaja, al haber notado la puesta de ese huevo 8 días después, pero parece
que no hubo mucha diferencia. Incluso me
pareció ver algunas veces una alimentación selectiva, cuando uno de los padres
escogía al polluelo menos vehemente.
Unos
quince días más, como por el primero de junio, los polluelos ya no cabían en el
nido y una mañana estaban revoloteando sobre mis plantas hospederas para
mariposas. Eso continuó por dos días, con los padres alimentándolos
frecuentemente y “cantando” para encontrarlos. Estaban tan gorditos que solo
por su andar torpe y el hecho de que no volaban, se podían distinguir de los
esbeltos padres.
En
esos días hubo fuertes lluvias, pero el cuido continuó hasta que una mañana
dejé de ver a los dos más fuertes. Supongo que ya tenían cierta capacidad de
vuelo y volaron con sus padres al “árbol de la familia”, fue su salida de la
maternidad.
El
tercero aún continúa en el patio, con más cuido de nosotros y de los padres.
Como me parece que tiene una semana menos de desarrollo y ha pasado por el
trauma de la soledad, menos atención maternal y más intervención humana, está
un poco “sietemesino”, pero se está recuperando bien.
El 10 de junio en la mañana observé por primera vez al "benjamín", se vía saludable en lo alto de la hiuguera, donde uno de sus padres acudió a alimentarlo. Supongo que ahora está con sus otro dos hermanos, me alegro que los tres yigüirros que nacieron en mi casa, hayan sobrevivido esta etapa. Supongo que los veré en unos días comiendo banano, cuadradas y papalla, solo que no sabré cuales son.
Linda historia del nido y nacimiento de los Yiguirros. Me gusto el relato y me sirve de ayuda en cómo proceder, pues justo en mi cochera hay un nido encima del motor de la puerta y ya con 2 pichones que asumo tengan 2 o más semanas y veo cómo llegan los padres a alimentarlos. Ya los veré salir volando y después no sabré cuales fueron mis huéspedes.
ResponderEliminarNosotros también estamos cuidando un nido de yiguirros, son tres pichones
ResponderEliminarYo he tenido y tengo un nido de yigüirro en una mata de plátano cerca un limonero y los he visto jugueteando de uno a otro árbol!. Ahora siguen viniendo y cantan cerca de su antiguo nido! Pues ya se ausentaron de el!.
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