(Colaboración de Paul Smiley y Sonia Prieto)
Como dijo el poeta John Dunne en su famosa obra Meditación XVII en 1624, “no pregunte por quien dobla la campana, dobla por ti”.
Pero a partir de mañana, la campana también suena para
todos los feligreses de Palmital Sur del Guarco de Cartago. Eso porque el Padre Rony bendecirá la nueva campana que se está estrenando en la iglesita. El
eco de las repicas desde las montañas que rodean el pueblo nos ayudará a los
vecinos a levantar nuestros ánimos y no llegar tarde a la misa.
Esta iglesita justamente se está terminando con muchísimo
esfuerzo y sacrificio de los feligreses, y nosotros como los vecinos más nuevos
decidimos agregar nuestro grano de arena donando una campana para ocupar la cúpula
que solo tenía un gancho vacío.
Creímos que una campana ayudará al pueblo a unirse. Después
de todo, una campana además de llamar a la misa sirve para muchas otras cosas. No solo a honrar la muerte a que se refiere el poeta ya mencionado, sino para bautizos, primera
comunión, reuniones comunitarias, emergencias, en fin para una
comunidad de apenas 30 o 40 familias una
campana tiene muchos funciones.
Así que nos pusimos a la búsqueda primero de campanas,
y segundo a ver si podíamos lograr pagarla.
Resulta que en Costa Rica la hechura
de campanas es un arte perdido. Dentro de las cuatro o cinco fundiciones que
todavía existen, ninguna tiene la receta exacta necesaria de bronce, estaño, hierro,
etc., que se funden en conjunto para que las campanas grandes suenen lindo.
Recurrimos al Campanario en Tres Ríos, la que más que
todo es una tienda importadora de muebles Colombianos. Sus dueños son colombianos que inmigraron hace unos años a nuestro
país. Nos llamó la atención el nombre de la
tienda, y resulta que también importan campanas del tamaño que uno quiera.
Nos informó Diana Catalina Correo, una de las dueñas,
que su familia en Colombia desde tiempos de los colonos se dedicó a la
fundición y fabricación de campanas para iglesias o cualquier uso. Aunque hoy día
ese negocio representa una parte muy pequeña, todavía lo mantienen en existencia como tradición
familiar, y que aún hoy día utilizan las mismas técnicas y secretos
artesanales que se utilizaron hace 400 años.
Así que Sonia y yo fuimos a investigar de una vez lo que tenían en muestrario, y por suerte nos apareció la campana de nuestra
iglesita. Era la más grande que tenían para la venta pero si estaba alcanzable para nosotros, aunque con
muchos meses de pagos parciales. Tiene 40 cm de altura y una masa de 50 kg. Es
pequeña para una iglesia grande, pero para la nuestra es perfecta, y tiene un
tono muy lindo.
De allí de una vez consultamos al sacerdote de la
parroquia ‘Padre Rony’ y los ministros del pueblo si nos permitían realizar esa
donación, y ellos por su puesto alegremente consintieron.
Se planeó alzar y bendecirla para el 4 de Octubre, el día del Santo Patrono San Francisco de Assisi. Aprovechamos la visita para que el padre Rony nos bendijera la casa nuestra, a cambio de que le invitamos a él y sus dos acompañantes a almorzar con nosotros y nuestras hijas y nieto. Aunque yo fui el cocinero no hubo quejas, y los platos limpios siempre son buen testimonio de que la comida no estaba mal.
Se planeó alzar y bendecirla para el 4 de Octubre, el día del Santo Patrono San Francisco de Assisi. Aprovechamos la visita para que el padre Rony nos bendijera la casa nuestra, a cambio de que le invitamos a él y sus dos acompañantes a almorzar con nosotros y nuestras hijas y nieto. Aunque yo fui el cocinero no hubo quejas, y los platos limpios siempre son buen testimonio de que la comida no estaba mal.
De allí manos a la obra. Primero se logró pagarla y traerla al pueblo en julio.
Se tardó ocho semanas en realizar cambios en la cúpula para abrirla al sonido nuevo, pero que no entrara la lluvia hasta abajo. Se tardó tanto porque todo el trabajo era voluntario, y el maestro era Olman Badilla, quien había construido la cúpula originalmente. Entre él, Ronald, César, Armando, y su servidor logramos instalarla con el rudimentaria método de mover el badajo tirando de un mecate. Posiblemente en el futuro vamos a cambiar el sistema para que suene con el pleno doble campanazo, eso se hace cuando uno gira la campana misma en vez de solo halar el badajo.
Se tardó ocho semanas en realizar cambios en la cúpula para abrirla al sonido nuevo, pero que no entrara la lluvia hasta abajo. Se tardó tanto porque todo el trabajo era voluntario, y el maestro era Olman Badilla, quien había construido la cúpula originalmente. Entre él, Ronald, César, Armando, y su servidor logramos instalarla con el rudimentaria método de mover el badajo tirando de un mecate. Posiblemente en el futuro vamos a cambiar el sistema para que suene con el pleno doble campanazo, eso se hace cuando uno gira la campana misma en vez de solo halar el badajo.
No obstante por el momento todos están contentísimos.
El ministro y patriarca del pueblo Juan Calderon, quien donó el terreno para la iglesia, dice que por un tiempo
utilizaron un pedazo de riel de ferrocarril.
Palmital Sur (http://astrovilla2000.blogspot.com/2015/09/palmital-sur.html)
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