Sucedió en Campo 1, Cariari.
El viernes 23 de agosto a las 7:35 p.m.
Posiblemente dormía sobre el vientre de su madre que colgaba de un árbol de almendro a unos 10 m de altura.
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Alejandro, Julia y yo escuchamos el sonido repetitivo como de un gatito.
Inmediatamente Alejandro y Julia procedieron a ubicarlo, al pie del almendro. Estaba tratando de subir.
No fue fácil porque son un poco "lentos" y el diámetro del tronco era mucho
para para su pequeño tamaño (calculamos unos 15 cm y 300 gramos de peso).
Nos extrañó que su madre no reaccionara prontamente, quizás estaba bien dormida, o asustada por
nuestra presencia y la de dos perros ladrando.
Finalmente, con la ayuda de una escalera y guantes, Alejandro lo subió hasta unos cuatro metros. A pesar de que el animalito se aferraba cons sus tres uñas a las irregularidades de la vegetación.
Con focos ubicamos a la mamá perezosa que ya se había despertado, pero se trasladaba en la dirección incorrecta.
El "perezosito" seguía emitiendo su sonido y finalmente la "perezosa" bajo unos seis metros y lo rescató.
Suponemos que tuvo éxito porque el sonido de gato terminó.
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