viernes, 8 de noviembre de 2024

Tus fotos sin una cámara. ** versos libres **

 


 



1. Ciclos en el tiempo

Si la vida fuera un ciclo

y volviera yo a nacer,

solo una cosa quisiera

tener derecho a escoger.

Venir al mundo ese día,

cuando vuelvas tú a nacer.

 

2. Messier J1               

Mi catálogo Messier

solo tiene un objeto.

No se trata de un eclipse,

ni del Sol ni de la Luna.

No es estrella, ni planeta,

ni galaxia, ni cometa.

Tampoco es una nebulosa,

ni un gran cúmulo estelar.

Es todo eso al mismo tiempo.

Eres tú en ese lugar.

 

3. M13 en tu rodilla

Junto a ti pasé dos noches

buscando entre las estrellas.

El Omega del Centauro

lucía radiante en el cielo,

como para hacerte un moño

de adorno para tu pelo.

Pensando que debería

ofrecerte el M13,

para que lo colgaras

con un listón en tu cuello,

lo busqué por muchas horas.

y tú te uniste a mi empeño.

Pero celoso el negro cielo

por dos noches lo escondió,

no fue solo hasta la tercera

después de tanto mirar,

que un poquito nos mostró.

 

Y en esa tercera mañana

con voz suave me dijiste:

“Mira Hércules en mi rodilla”.

Seguro algunos mosquitos

que saben de astronomía,

o las piedrillas del suelo

(¡cómo envidio a las malvadas!)

pegaditas a tu piel,

dibujaron con esmero

el asterismo buscado.

En efecto allí estaba,

dulce premio para mí,

que nunca más buscaré

arriba en el firmamento.

Prefiero mirarte a ti

viéndote muy de cerquita,

y contemplar extasiado

la incomparable belleza

de tus rodillas rosadas.

No sea que del Centauro

el Omega en la otra pierna

también se haya marcado.

 

4. Tercera noche 

Se despidió el astro rey

tiñendo el cielo de rojo

y hasta una sonriente Luna

muy chiquita y presurosa

a los dos nos saludó.

De la mano caminamos por

muchas constelaciones,

buscando cinco planetas,

cien galaxias, mil nebulosas,

y juntos los dos viajamos

por muchos grupos de estrellas.

Venus nos abrió el camino

que Júpiter concluyó.

Y me sentí muy feliz

encontrando tus grupitos;

las curiosas figuritas

bordadas con estrellitas

que sé que te gustan tanto.

Para concluir esa noche

otra vez a lado tuyo,

el Cisne que tanto quieres,

al fin mostró su belleza.

Mas sin poderlo atrapar

por Vía Láctea voló al cielo,

cargando con gran cuidado

la esmeralda de tus ojos

y el rubí de mis anhelos.

A las cinco llegó el alba

llevándose tercera noche.

Pero me dejó el consuelo

de esperar tan solo un año,

para ver de nuevo en tierra

lo que no hallaré en el cielo.

 

 

5. La Falsa y la Vela  

Te tomé del dedo índice

para apuntar las estrellas.

La Falsa estaba allí al frente,

pero nublada la Vela. 

Seguro por la emoción

no resulté buen maestro

y tú mejor me pediste,

la dibujara en papel.


Ya me la sé de memoria

y un dibujo tengo ahora,

mas nunca te lo daré.

Si lo permites de nuevo,

para apuntar a la Vela,

tu índice quiero otra vez

y navegar por el cielo,

donde me lleve tu mano.

 

6. Como a Pollux y Arwen

Si una traviesa diosa 

inmortal a mí me hiciera,

como a Pollux o a Arwen, 

y a cambio ella pidiera 

que te dejara de amar.

Porque si yo no lo hiciera

mi vida se iba a llevar.

No tengo la menor duda

de lo que yo escogería.

Prefiero atrapar el suspiro

de un beso que lances al aire,

tu mirada indiferente,

un roce inadvertido de tu mano,

o una hebra de tu cabello.

A una vida eterna

sin haberte conocido,

sin haberte yo amado,

sin llorar lo que he llorado,

sin soñar lo que he soñado.

 

7. Temblando en la montaña  

¿Recuerdas aquel momento

en que noté que tus manos,

temblaban por el esfuerzo,

como avecillas con frío? 

Seguro solo recuerdas

que fue algo pasajero.

Yo allí deseaba abrazarte

y darte calor de mi cuerpo,

o al menos juntarlo al tuyo,

para que dos corazones

latieran al mismo tiempo.

 

8. Sobre el borde del abismo  

Junté tu mano a la mía

solo por unos minutos,

dos veces el mismo día,

cuando ambos nos sentamos

en la cima de Crestones.

Recuerdo aquel precipicio

y tu mareo momentáneo,

que también nos permitió

arrimar cuatro botines,

en los cuales, algún día

haremos crecer tus flores. 

Caminaré siempre contigo

mi bella y dulce Marie.

A donde tú quieras ir,

tomando siempre tu mano.

 


9. Las dos plumitas

Recorriendo aquel sendero

que conduce a el Rincón,

con la vista en el suelo

caminaba junto a ti.

Tú ibas dos pasos delante

y de repente volteaste

porque en el suelo miraste

una plumita de ave.

Yo que realmente seguía

el pendular de tu cuerpo

me adelanté a tu acción,

recogí raudo la pluma

y la coloqué en tu mano.

Nos miramos, sonreímos,

pero no dijimos nada, 

y tú guardaste la pluma

dentro de un mapa plegado. 

Después vi otra más chiquita,

que también te la entregué.

Supongo siguen guardadas

en ese doblado papel.

Creo que, desde ese día,

el mapa no has vuelto a abrir

y allí siguen las plumitas

una tan junto a la otra,

esperando que algo pase.


Todos los días yo sueño

que al fin abras ese mapa,

porque en él yo te marqué el camino

que te traerá junto a mí.

 

10. Temblando en el Chirripó  

¿Recuerdas aquel momento

en que noté que tus manos,

temblaban por el esfuerzo

y el frío que se sentía

en aquel muy alto lugar?


No quería que tus alitas,

el céfiro de esa montaña

las helara aquel día

y te impidiera volar.

Quizás tú solo recuerdas

que fue algo pasajero,

que con tu gran fortaleza

sola pudiste aliviar.

No te quería allí poderosa,

deseaba abrazarte fuerte,

darte calor de mi cuerpo,

pegándolo junto al tuyo.

Que fueras poquito más débil,

y que también necesitaras,

aunque fuera un momento,

solo un poquito de calor.

Por eso te di el amor,

de quien profundamente te ama.

Así hubo mucho más calor,

y mucho, mucho más amor.


11. Soy cautivo de tus ojos  

Te divisé a lo lejos

en la noche solitaria,

pero me guiaron a ti

tus lindos ojos sonrientes,

como un rayo luminoso

de color verde del mar. 

Y me senté frente a ti

a una distancia infinita,

con mis ojos bien abiertos

para encandilarme todo

con esos luceros verdes

que cuando quieren me miran

y cuando miran me matan.

 

Y quedé allí fulminado

por la divina mirada

que en mi corazón clavaste. 

Espero nunca zafarme

de esa atracción despiadada,

que ejerce sobre mi ser

y lo mantiene atado,

        ese color verde ardiente

         de tus ojos adorados.

 

12. Te veo sin mirarte 

Creo que te miré sin verte

muchas veces en mi vida,

y muchas veces muy juntos

el cielo nos contempló

parados en solo un punto,

pero en distintos lugares. 

Me duele que fuera tarde

cuando llegué a conocerte,

pero las dichosas horas

que he pasado contigo

han sido lo suficiente,

para que el corazón palpite

y se enrojezca de amor.

Solo que yo ya presiento

que quizás no vuelva a verte,

y he grabado con fuego

esos tan dulces momentos.


He aprendido tu imagen

guardada aquí en mi memoria,

y si perdiera la vista,

o de mi vida te fueras,

aun así, te vería,

pues te veo con el alma.

No necesito mirarte.

 

13. Por siempre en mi memoria  

¿Que, si conozco tu rostro preguntas tú, vida mía?

¿Pero es que aún tú no sabes que lo aprendí de memoria?

Igual cosa me pasa con tu bello y rubio pelo.

No importa cómo lo irise el frío,

o caprichoso peine el viento,

o si la nube le niega un poco de luz de Luna.

Yo puedo verlo y sentirlo,

oler especial aroma todo impregnado de ti.

Sentir la dulce caricia de una delicada hebra,

cuando vuela hacia mi cara. 

Sé cuándo tienes frío,

sé cuándo te sientes sola. 

Reconozco tus brazos y piernas,

que han creado cosas bellas para mí.

La suavidad y ternura de tu cuerpo,

aunque lo cubras de manera extraña,

también tengo habilidad para encontrarlo,

de noche, o a oscuras, en la niebla

y en la soledad que a veces da la vida.

Todo eso lo he podido hacer, vida mía,

porque me has amado con tu vida,

y tú eres el único amor de la mía.

 

 14. Tus fotos sin una cámara  

Tengo en la mente guardada

miles de imágenes tuyas,

y ninguna de esas fotos

por mi cámara pasó. 

No las tengo almacenadas

en fríos chips digitales.

Las tengo, es un secreto,

sin revelarlas al mundo,

dentro de mi corazón.

Las tengo todas allí

muy frescas entre la mente,

y las repaso día a día

para jamás olvidarte.


Son de los dulces momentos

que he pasado contigo,

nada más como un amigo.

Muy solo yo los viví,

para ti yo no soy nada.

Sola volabas al viento,

y no viste que, sin cámara,

muchas fotos te tomaba.

Creo que nunca te diré

lo mucho que a ti te amo,

por eso tomé las fotos

para que estén junto a mí

aunque tú nunca lo estés.

 

15. En la esquina de tu alberca  

No te vi cuando llegaste,

así lo quiso la suerte.

De saberlo de antemano,

agua sería yo ahora,

muy pegadita a tu cuerpo.


Me senté sobre la orilla,

y te conté algunas cosas

solo por estar contigo.

Del tiempo y del firmamento,

porque me quedo sin habla

cuando a tu lado me encuentro.

 

Por suerte que mis dos ojos

aún no te pertenecen

y mis pupilas captaron

cientos de imágenes tuyas.

Yo deseaba que quisieras

quedarte allí un largo rato,

escuchando mis locuras

mientras tomaba retratos.

 

 16. Ω, Palo Verde y tú  

Tan cerca y tan lejos

tirados allí en el suelo,

con tu cuerpo a mi lado,

juntos pero separados.

El Omega del Centauro

nos miró la noche entera

celoso de que estuviera

yo tan cerquita de ti.

Sé que estabas fascinada

con tanta cosa en el cielo.

Yo solo tenía cabeza

para dirigirla al suelo,

porque tú estabas allí

mostrándome el otro cielo.


17. El Cuervo, Spica y tus labios  

En tu pálida mejilla

cuatro puntitos te vi,

los acaricié y te dije:

‘Esas son las cuatro estrellas

que nos demarcan el Cuervo”.

Tú permitiste que yo

siguiera buscando estrellas

y más abajo encontré

a Spica junto a tus labios,

como se ve en el cielo.

Y me atreví a besarte,

me lo pedía el corazón.

Galaxias de besos dimos,

uno al otro ese día,

mas no logramos saciarnos. 

Espero yo tener la suerte

que Spica me atrape un día

y ligarme a ti por siempre.

Tendré para mí la miel

de tus labios sonrosados,

será como unir tu Cielo

con mi Tierra ilusionada. 

El resto del universo

se lo dejo a los demás,

pues solo me importará,

que los besos que buscamos,

al fin han sido encontrados.



18. Cangrejitos bañándose en eclipse

Seguro que sí recuerdas dos muy lindos cangrejitos,

que paseaban por la arenay que en mi mano entregaste.

                           Estando en medio del eclips, de ese total de la luna,

                    que junto a mí tú lo viste.

Llegaron los cangrejitos de los que casa no tienen,

solo para recordarme cómo yo me quedaría,

si nunca pudiera amarte. 

Primero fue uno que luego de ver el cielo

y al sentirse en tu mano,

pensó que allí de seguro un ángel lo había colocado.


Encerrado en su concha y un poquito redondito,

yo creí que era un confite, o una pieza del equipo.

Pero al sentir yo tu mano, tan suave y calientita,

me di cuenta de que era tu amor,

 en una conchita andando.

Y al igual que el cangrejito,

sentí que me hacías tocar el mismísimo cielo.

Después me diste el otro,

algo cónico y punteado y de nuevo yo creí, 

que un chocolate me dabas.

Pero fue otro cangrejito, pegadito a tu mano, 

el dulce estaba en tu mirada.

Qué dicha que ellos salieron a ver la sombra en la luna

y que a ti se te ocurriera poner los dos en mi mano,

porque sentí que, con ellos, tu amor allí me lo dabas.

Y a pesar de aquella concha, que separaba ambas manos,

pude sentir que me amabas y sentí que yo te amaba.

No importa si a los dos cuerpos algo los separaba.



19. Del Monte Olimpo a Hawái

¿Recuerdas aquel puntito tan caliente de tu brazo, 

que por envidia te lo hizo la Vieja de aquel Rincón?

¿Recuerdas que yo muy tímido lo acaricié con mi mano

y jugamos un ratito a la creación de un volcán?

El Monte Olimpo fue en Marte y los demás hawaianos.

Son los más grandes que existen

en dos planetas cercanos.

Pero ninguno le gana ni estará por tantos años,

como el que tú ese día pasaste

en erupción a mi mano.


20. No alcanzan 24 horas  

No comienzo mi día a las cero ni a las seis,

Ni tampoco lo termino a veinticuatro.

Parece que empieza cuando dejo de morir

y finaliza al empezar uno vacío, lleno de soledad.

Y he mirado mi vida entera en solo un día. 

Nací con el arrullo y abrigo de tus brazos,

Me diste amor y calor con tu amoroso cuerpo,

solo fue necesario un abrazo para iniciar nuestra vida.

Luego te vi a las siete y a las diez,

para grabar tu imagen profunda aquí en mi mente.

Y así aguantar ese enorme ratito de tu ausencia,

de este tan largo día,

en que no estuve contigo frente a frente.


Eres quien amo, con luna o con sol,

a cualquier hora y en cualquier lugar

porque si estoy contigo (y aun estado ausente),

estás enfocada en mis ojos totalmente.

No hay nadie más,

solo eres tú muy bien allí centrada,

con máximo aumento, tan cerca y alejada.


No hay nada que distraiga mi mente de tu amor

y me he vuelto tan bueno en estas artes,

que aún en mi trabajo, o cuando crees que me divierto,

Solo es mi clon sin alma para el mundo,

pues desde siempre la tienes tú allí muy cautivada, para adorarte y soñar que estoy contigo,

en cada segundo y lugar

cada vez que encuentro tu mirada.

No sé qué hacer con este tipo de días, prolongarlos por siempre en el tobogán de esta mi vida.

Morir al verte para vivir tu despedida,

o vivir para amarte, aún si siempre llega ese final del día. 

No importa lo que tú o yo hacemos,

quiero que sepas que te amo con pasión

y solo a ti, aún si no parece.

Y que no verte me trae la esperanza de alguna vez mirarte.

Y si te miro tan cerca para amarte,

Me mata cada vez la despedida.

 

21 86 400 segundos  

No puedo en un menor tiempo

demostrarte cuánto te amo

y decirte lo que siento dentro de mi corazón.

Necesito los segundos que hay un día entero,

para mirarte a los ojos, para decirte, te quiero,

y besar tus labios rojos.

Para verte sonreír, escuchar tu dulce voz

y extasiarme con tu cuerpo.

Me ha enloquecido tu ser y también me ha embrujado.

Haces –tictac– en mi mente en mi presente y pasado.

Quiero yo esos segundos para tenerte en mis brazos, 

cubrir de besos tu cuerpo y amarte con gran pasión.

Para fundirnos la piel con nuestro fuego interno,

para ser uno contigo tan solo veinticuatro horas.

Solo te pido un día para vivirlo contigo.

Por esas horas de amor

la vida que a mí me queda,

feliz yo aquí te la doy.

 


 22. Dormida en el bus

 

Dormida en el bus,

y apoyada en la ventana

estabas junto a mi asiento,

y abrazada a tu almohada.

Despierto yo tuve un sueño

que transformarme podía

en las cosas que tenías

contra tu pecho apretadas.

Soñé que yo era el vidrio

o la tela de esa almohada,

y que tu amada cabeza

hacia mí se recostaba. 

Luego dormiste en mi hombro.

Y yo me dormí sobre el tuyo

y soñamos muchas cosas del futuro y del pasado.

El sueño se hizo tan real

y tan mágico a la vez,

que la Legua del camino,

en milímetro se ha tornado.

 

23.    24 de diciembre   

Aun completamente no entiendo,

por qué mucha gente llama a esta noche; Nochebuena.

Si las escasas veinte completas que he pasado contigo, 

mi amada niña y mujer,

son las más buenas que tengo, de más de veinte mil que he vivido.

Noches buenas por muchísimas razones.

Buenas por su intensidad, calor, pasión,

sexo y ternura.

Buenas por su larga duración, ‘

cuando nos hemos amado,

desde el atardecer hasta el alba. 

Buenas por su variado color,

sonidos y mil sabores.

Porque siempre creamos algo nuevo,

          para disfrutarlas los dos.

Noches buenas por lugares.

¿Recuerdas algunos sitios,

que quizás de otra manera

nunca habríamos visitado?

Hay lugares especiales:

El Chirripó, Guanacaste,

México, Perú y Guatemala.

Y pensar que aún nos quedan

muchos más por visitar,

con el resto de la vida,

no más para completar.

Noches buenas en la cama,

             con las cosas más sencillas

que se pueda imaginar,

pero que resultan muy buenas

porque estamos los dos juntos,

en un pequeño lugar.

Y hasta una noche en la playa,

todos rodeados de gente,

donde solo pude darte

tres besitos a escondidas,

pero que han significado mi más reciente recuerdo,

que aún lo tengo grabado

en labios, corazón y mi mente.

Esas son mis noches buenas.

(Y espero también sean las tuyas).

Me faltan muchos días buenos.

Y hasta quiero muchos muy buenos años.

Ya he vivido mucho tiempo

y te prometo aquí ahora,

que conmigo en el futuro,

tendrás al menos, mi vida,

unas diez mil noches buenas.

 

24. Gotitas sobre tu cara  

Me gusta verte feliz, cuando sonríen tus ojos,

cuando te olvidas del mundo 

y permites que se posen 

tímidas gotas de agua en tu carita de ángel.

Esas gotitas algunos átomos tendrán,

de suspiros que yo he dado estando lejos de ti.

Te aseguro que esas gotas yo muy bien las he entrenado 

para que mojen tus labios y se queden en tu boca.

Es mi manera de darte tantos besos que he soñado.

 

25. Sin ti yo me moriría  

Sé que necesito verte y no quiero ni pensar,

que lo hecho en estos días
su conclusión no tendrá,

si no te vuelvo a mirar. 

Tengo sed de verte toda, aunque sea a la distancia, sin ti no sé lo que haría,
eres musa de mi mente

y aliento del corazón.


Te necesito a mi lado cada segundo de un día.

Porque sin ti no podría hacer todo lo que quiero.


Eres el alma de mi cuerpo

y el espíritu en mi vida,

y si no estás junto a mí,

mi vida estará perdida.

26. Imagen perfecta  

Aún no sé a qué saben tus labios;

imagino que dulce, suave, profundo e infinito.

Hace tiempo que no refresco tu imagen,

porque sigue allí, en mi mente grabada.

Casi nunca escucho el timbre de tu voz,

pero sí sé que te oiría dentro de una multitud.

El perfume de tu cuerpo se me escapa

y se diluye en el aire,

más con solo una molécula hasta ti yo llegaría.

El roce de tu piel aún lo siento, siento

tu mano atrapada en la mía.

Hace tiempo que estás lejos,

quizás fue así desde el comienzo.

Días que no sé qué es lo que haces,

o dónde estás y si te hago falta.

Te extraño mucho,

pero da igual, jamás te olvido,

pues en mi corazón yo siempre guardo,

tu imagen perfecta que dibujé mi mente.


27. Posiciones  

Si de cabeza me traes con este tan loco amor, 

me haces rotar como Venus,

lento, lento y con ardiente amor.

Si me pones lado a lado, es muy cómodo el amor, 

de Urano yo me recuerdo, pero lo hago mejor.

 

Cuando me inclino hacia ti, como la Tierra en su vuelta, 

dos posiciones repiten y una a otra se completan.

 

Si de pie estoy a tu lado y me lleno de emoción, 

como Júpiter bailamos, rapidito, rapidito, 

pero con mucha atracción.


Y si estamos acostados pierdo,
pierdo toda la razón.
Cien posiciones ocupan, 
cuerpo, mente y corazón.

 

28. Besos de miel, con sal y arena  

¿Sabes qué magia tienen los besos que nos damos?

Tienen muchas texturas, sabores y colores.

Es el ingrediente secreto que tu acaso les pones,

que encienden y avivan sentidos,

para vivirlos, soñarlos y desearlos.

Por si algún día se te olvidan,

pasados miles de años.

Ayer me regalaste cinco preciosos besos,

que están con prioridad aquí en mi memoria.

Los primeros; esos cinco no son,

aún esos los tengo frescos en mi mente.

Con tu sabor, calor y perfume diferente,

justo ese día que estando yo perdido,

tú me encontraste y sacaste de la nada,

para vivir contigo nuevamente.

Tampoco son los últimos (per ahora eso espero),

los que nos dimos ayer al despedirnos.

Quizás yo estaba algo triste, porque tú lo adivinaste

y les pusiste calor, ternura y pasión,

para que duren allí.

Siempre grabados en tus amados labios

y también aquí en los míos. 

Son los del bus, los del yate y también los de la playa,

los que quiero que recuerdes, mucho, mucho tú ahora.

Algunos fueron con miedo y quizás algo furtivos,

pero hoy llegan a mi mente,

cada instante en estos días en que no puedo abrazarte,

ni decirte cuánto te amo

y mucho menos puedo acariciarte.

Son los de sombra, viento con sal, quizás algo de arena.

Tendida tú en la playa junto a la Punta y el Coral.

Los que apuntaste como deuda de un meteoro inventado.

Son los que quiero sentir de nuevo ahora mismo,

pero por hoy no puedo.

Tendrás que irlos sumando en tu libreta

y cuando las páginas de ella verás que has agotado

y creas que mi amor por ti se ha debilitado, 

los tendrás aquí esperando.

Para que nunca olvides ese sabor salino,

ese sabor de mar y viento del Golfo en tu sonrisa.

Y sabrás que, para ti,

los tengo muy bien guardados.



29. Caminito de Zapote

¿Te has dado cuenta, mi amor,

cómo los caminos de la vida

nos juntan y comunican

y hacen que nuestro amor crezca

y se torne más fuerte? 

Llegué primero a tu barrio,

allá por sesenta y nueve,

justo a los tres años

después que tú lo dejaste,

por mucho y muy largo tiempo.

Seguro que caminé por esos mismos lugares,

por los que también tú caminaste,

o te cargaron tus padres.

Árboles, flores y riachuelos,

que seguro contemplaste,

y ahora en dos mil ocho,

has venido a encontrarme.

 

Muchas veces caminando a tu lado,

hemos puesto nuestras huellas,

donde separadas por el tiempo

ambos las hicimos una primera vez.

La diferencia es que ahora ambos vamos de la mano

y con la misma intención de entregarnos uno al otro.

Compartir lo que podamos

y con pocas diferencias.

Tú me amas, yo te amo.

Yo te beso, y tú me besas.

Das alimento a mi cuerpo y mi alma,

 yo siempre tengo algo para ti.

Te tomo de un dedo,

y tú atrapas mi mano.

Tú me cuentas las cositas que has vivido

y las escribo en mi mente.

Y cada día que pasa,

encontramos cosas nuevas

para tener en la vida un poquito de aventura,

un buen poquito de humor,

y gran cantidad de amor.

Alegrías y sonrisas, con felicidad a medias

Bien construido en base sólida

con amor y esperanza aportados por los dos,

con lo mejor que tenemos.

Y con la firme ilusión

de estar juntos muchos años.

 

 30. Xoxo J  


Xilófono de mi vida, esa eres tú.

Obsesionado con tus teclas, ese soy yo.

Xilofonista de tu musa, siempre seré.

Oprimido a tu instrumento, así me quedaré.

 


31. Bailar contigo

Bailar contigo provoca en mí ciertos efectos 

que mis sentidos convierten en placeres.

Seguir el ritmo de tu ondulante cuerpo y asirme a ti para sentir cuanto me quieres.

 

Verte tan cerca que ya no enfoco al mirarte, 

porque tus ojos desenfocan mi mirada.

Oír el pulso de tu amante corazón tan fuerte, Para que el mío ya no escuche nada.

Oler tu perfume de mujer enamorada,

porque ese aroma de Lis siempre lo encuentro, no importa día, o noche, o si es de madrugada,

pues ya lo tengo impregnado muy adentro.


Pero de todas esas sensaciones hay una que yo prefiero, 

darte mil besos a oscuras y en silencio,

como si todo estuviese quieto en el inmenso espacio

y beber el néctar de tus labios, 

eso es lo más yo quiero.

 

32. Dormir contigo

Y si me duermo a tu lado necesito yo tener

mi cuerpo bien acurrucado, 

tan pegadito al tuyo,
que más no se aguante poder.


No quiero el más pequeño campito 

entre tu cuerpo y el mío,

ni aún por corto tiempito,
para que tú no sientas frío. 

Porque te digo y es cierto, 

que lo que más quiero hacer, 

es soñar contigo despierto,

y amarte hasta el amanecer.

 

33. Ocho, cuatro, nueve, seis y tres

El ocho siempre a mí me ha gustado, 

luego descubrí que a ti también.

Porque si lo miras con cuidado, 

por izquierda o por derecha,

verás que de ambos lados se ve bien.

Y si lo acuestas descubres, 

con imaginar solo un poquito, 

que el amor que nos tenemos llega bien al infinito.

Si hacia abajo y por el centro, 

lo partes por la mitad

tendrás un tres y su espejo.

Es porque sin saber, separado y en base Maya

nos dieron a ambos un tres.

Pero la mitad de ocho es cuatro 

Que un número doble par.


Es curioso, ningún cero y ningún dos,
pero siempre están presente entre los dos.

Así que desde seis y tres siempre habrá veinte,

Volviendo mi vida al revés.


Tampoco tenemos ni uno ni siete,
aunque sumados dan ocho
y restados dan el seis.
Parece que estamos destinados
a tener siempre entre nosotros:

ocho, cuatro, nueve, seis y tres.

 

 34. Soneto libre al amor

Fue julio el mes, el día fue cuatro, 

el instante que de nuevo yo te vi.

Cientos de rimas y besos yo te di, 

y recibí de ti el mismo trato.


La noche paso y llegó el día.
Rosas, besos, abrazos, fueron muchos.
Este corazón yo siempre escucho, 
te dice "yo te amo" cada día.

 

Ahora estamos juntos a ratitos. 

tenemos que llevarlos a infinito, 

o también, hacerlos más seguiditos.

 

Reír, jugar, vivir juntos la vida.
Creo que es lo que más tu yo queremos.
En día del amor, siempre estaremos.

 

35. Tylo 2

El día que conocí a Tylo dos

fue el mismo que casi lo mato,

por calles con zanjas y huecos,

¡le hice pasar un mal rato!

Su dueña me permitió manejarlo,

para ir juntos a pasear.

Nunca quise exterminarlo,

solo los tres disfrutar.

Tylo es blanco y bajito,

se conduce bien portado,

y lo quiero otro ratito. 

Tendré cuidado y mejor trato le daré.

Amo a su dueña enterita cada día más y más.

Amor intenso, que jamás me perderé.

 

36. M 1

He dormido en tus ardientes brazos,

muy pegaditos ambos corazones.

Hacemos el amor como los leones,

jamás nos cansaremos del abrazo.

 

Probar tus besos que a veces son salados.

Ver tu mirada en busca de la mía.

Puesto que ofrecen la dulce ambrosía,

y darme cuenta de que estoy equivocado.

 

Las nectarinas con centro caprichoso,

aperitivo son y muy jugoso.

Tu media pera y enguitarrado cuerpo.

 

Nuestros labios tanto se han acoplado,

que aún a ciegas siempre se encuentran.

Para hacer entre dos un solo cuerpo.

 


37. ¿…?

 

Eres calmada o puedes ser volcánica.

Arroyo que discurre suavemente,

o un grandioso tsunami inexistente.

Nunca me aburres, menos en la cama.

 

Lo blanco de tu piel siempre camufla,

los fogosos músculos de tu cuerpo.

Y sentir el abrazo de tus brazos,

no tiene equivalente.

 

Si al hacer el amor eso parece,

una lenta y perezosa briza.

Un huracán pronto se aparece.

 

Porque la noche llegue me desvelo,

montar el huracán de tus pasiones.

Que sea mío, lo que de ti espero.

 

 

38.      20 Haikus                    

 

1. Los ojos verdes
me han enamorado.
Pues son los tuyos.

2. Firme y suave
la trenza de tu pelo,
a ti me ata.

3. Nada nos pasa,
en la noche oscura.
Somos tú y yo.

4. No digas nada,
palpita mi corazón.
¡Dice, ¡te amo!

5. Tu pelo rubio
cubre tu cuerpo, todo.
Muestra tus senos.

6. Amor no temas,

nos sonreirá la vida.

Estamos juntos.


7. Noche tras noche

te abrazo y sueño,

aunque no estés.


8. Los mismos labios 

que te besaron ayer, 

dicen, ¡te amo!


9. Amo tus pechos, 

a fruta dulce saben.

Suaves y firmes.

10. Cuando me miras 

entras hasta mi alma; 

atrapándola.

 

11. Se ve brillante

Arriba en el cielo.
Venus te guía.

12. Luna espera 

casi siempre a las seis 

para ser llena.

 

 

13La Luna nueva

al Sol la mano le da 

y salen juntos.


14. Baila la Luna 

las cuatro fases. Todas, 

viendo la Tierra.


15Riega la tierra 

con gotitas de sudor 

y tendrás frutos.


16. Lluvia no llegas.

Si el agua no traes
los campos mueren.


17. Patria no sufras:

nosotros te amamos.

Toma mi vida.


18. Hasta que mueras, 

te espera en vida, 

la flaca muerte.

 

 

19. Tu bello cuerpo 

con ritmo me arrulla, 

cuando bailamos.


20. Si tú me amas, 

también te amaré yo.

Y si no. ¡También!

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Del mismo autor: 

  • Un ABCD’ Estrellitas Fulgurantes y unas más. Edinexo. Junio 2023.
  • Tardígrados en el Chirripó y otros cuentos. CartagoAntiguoCr. Octubre 2023.
  • Supernova Betelgeuse con otros cuentos. CartagoAntiguoCr. Enero 2024.
  • La Tinaja de Guaitil y otros cuentos. (Marie Lissete Alvarado y José Alberto Villalobos). EDiNexo 2015.
  • Chindo y Maura con otros cuentos. (Marie Lissette Alvarado y José Alberto Villalobos). EDiNexo 2017.
  • El escorpión de jade y otros cuentos. (Marie Lissete Alvarado y José Alberto Villalobos. EDiNexo 2017.
  • Los demonios de Occator con otros cuentos. (Marie Lissete Alvarado y José Alberto Villalobos). EDiNexo 2118.
  • ¿Dónde está el Conejo? Y otros cuentos. (Marie Lisette Alvarado y José Alberto Villalobos). EDiNexo 2018.

José Alberto Villalobos Morales nació en Naranjo en 1943.

Estudio Física, Matemática en la Universidad de Costa Rica y en la Universidad de Texas.

Fue profesor de la Escuela de Física (UCR) de 1969 a 1992 – San Pedro- San Ramón – Liberia-, la Universidad Autónoma de Centro América (UACA), La Universidad Latina y la Universidad Veritas. . También en varias instituciones de enseñanza media como Liceo Rodrigo Facio, Colegio de Sion, Country Day School. Colegio Blue Valley, Colegio Universitario de Cartago, Colegio Científico Costarricense (San José y Liberia)

Ha publicado textos para el aprendizaje y difusión de la Física y la Astronomía, también cuentos sobre ciencia ficción espacial y este libro de poesías. Mantiene seis blogs relacionados con astronomía, física, matemática, ciencias, mariposas y viajes. 

Actualmente es profesor de dos cursos: “Conversemos sobre Física” y “Conversemos sobre Astronomía”, para el programa integral del adulto mayor (PIAM) de la Universidad de Costa Rica.

 

Para contactar al autor:

WhatsApp: (506) 87 35 18 34

Correo: villalobosjosealberto@gmail.com

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