domingo, 1 de mayo de 2022

Los demonios de Occator (cuento).

Original publicado en. Los demonios de Occator con otros cuentos.
Marie Lissette Alvarado y José Alberto Villalobos.
EDiNexo, 2007. ISBN 978-9930-539-30-9

Hola. Soy Vanessa; viajo como comandante y especialista en electrónica espacial en la “Astronave Piazzi”, nombrada en honor al astrónomo italiano Giuseppe Piazzi, el descubridor de Ceres.

Precisamente ahora estamos cambiando de la órbita elíptica y excéntrica, que nos trajo desde Marte, a una órbita intermedia casi circular a 50 km de altura sobre Ceres, donde iniciaremos el descenso al “enano”, luego de dos órbitas rasantes a 15 km y 4 km sobre la superficie “cereniana”.


Flight Over Dwarf Planet Ceres - YouTube

 ¡¿Pero qué sucede?¡

Los sensores de altitud no leyeron bien nuestra primera maniobra y el sistema automático de vuelo nos insertó de una vez en la órbita de 4 km de altura. Se diría que casi rosamos las crestas de los cráteres altos de Ceres, por suerte no hay muchos.
Debo pilotear la nave con control manual y mantener la vista constantemente en la superficie, para evitar colisiones. Mi otro compañero, Demetrio;  se encargará de vigilar los sensores y proveer un segundo ojo; -humano-, sobre la geografía de Ceres.
Además, nos pasamos de largo el sitio de aterrizaje previsto. Al menos esto nos dará un tiempo suficiente para ajustar todos los equipos, antes de que se cumplan los 3000 km  de vuelo, para llegar de nuevo a este punto en la próxima vuelta alrededor de Ceres.

Salimos de la noche  y ya de día divisamos el cráter Occator, ni tan cerca ni tan lejos.

Céres era la diosa madre
de la agricultura 

(¡cereales!)
Maniobrar la Piazzi en estas condiciones es como volar el helicóptero supersónico “Airwolf”, de la serie de televisión de los años 80, pero como en vuelo rasante sobre las planicies antárticas, donde realicé mi entrenamiento. Debo reducir ampliamente la velocidad de avance horizontal y evitar una caída libre, dada la extremadamente baja (“casi nula”) gravedad de este planeta enano.

Y aquí vamos, hemos logrado posicionarnos en una órbita ecuatorial “cerestacionaria” [geoestacionaria] muy baja y ahora estamos justamente encima del enigmático cráter, para hacer el descenso. Aquí es donde se cree, se manifiestan los “demonios”.
Solo nos queda tomar la decisión final y convertirnos en los primeros dos terrícolas en posarse sobre la superficie helada del cráter de impacto, Occator.


Si a usted le han preocupado los cambios de categoría de Plutón, compárelos con los de Ceres.
  • Ceres fue descubierto por G. Piazzi, el primero de enero de 1801, desde el Observatorio de Palermo, en Italia.
  • Fue considerado el octavo planeta, después de Urano (1781) y antes de Neptuno (1846).
  • Luego como el asteroide más grande (1851).
  • Y desde el 2006, sufrió otro cambio de categoría, cuando pasó a ser el quinto planeta enano, en orden de tamaño.

El motivo de nuestra misión es evaluar unos registros de telemetría, enviados por las tres “sondas tractoras” que han estado acercando, Ceres durante dos años, a la órbita de Marte.
Los operadores de radio de la “Colonia Mars3”, que monitorean dichos trabajos de ingeniería,
 han llamado a esos espectros electromagnéticos “demonios de Occator”. Un nombre simplemente para referirnos a los eventos, porque de momento no sabemos lo que son.
S
olo suposiciones, algo parecido a lo que ocurrió con la materia y la energía oscuras al inicio del siglo XXI.
Posiblemente sean ondas electromagnéticas, con algún tipo de modulación producida por -fenómenos geológicos- en el  interior del cráter.

El cráter Occator en Ceres mide 90 kilómetros de diámetro y cuatro kilómetros de profundidad.

En su centro hay una depresión, como una llanura ondulada de unos 5 km de radio, de notable color blanquecino, que contrasta con el oscuro color pizarra del resto del planeta.

Una vez evaluado el punto apropiado para posarnos suavemente, descenderemos e iniciaremos nuestra investigación.

“Ghost”, es el nombre que le he dado a la mayor de las depresiones “occatorianas”.
Al acercarnos se mira desde mi nave como si estuviese sobrevolando el
Salar de Uyuni, en Bolivia. Solo que, según mi espectrofotómetro, no es de sal de cocina (NaCl), sino del tóxico Carbonato de Sodio (Na₂CO₃) y parece inusualmente translúcido.
Las otras cinco simas salinas de Occator, que deben ser similares a Ghost, solo que más pequeñas, las he nombrado, respectivamente “Nymeria”, “Shaggydog”, “Summer”, “Grey wind” y “Lady”.... Quizás ya usted adivinó el motivo... 
Pues son los nombres de los seis “lobos gigantes” (Canis dirus) de Invernalia, en la serie “Game of Thrones”, que fascinó a mi abuelo José, durante sus ocho temporadas hasta el 2018 (https://www.youtube.com/watch?v=TZE9gVF1QbA)

Como le dije antes, soy la teniente Vanessa Vanhomrigh, comandante de la Piazzi, y voy a averiguar qué son los Demonios de Occator”.

Lo que se sabe hasta ahora es lo siguiente:

  • Casi todos los mediodías “cerenianos”, se observan “fantasmas translúcidos” gaseosos, ondulantes, encima del cráter Occator. Es como una bruma muy cercana a la nada.
  • Durante la corta noche de Ceres, cuando se supone que los fantasmas duermen, los tele-sismómetros de las tres sondas tractoras detectan vibraciones, “tremores” armónicos, de frecuencia infrasónica.
  • Pero lo más extraño es que invariablemente, cada tres días cerenianos (¡cada 27 horas!), se detectan vibraciones en el ámbito sonoro, entre 43 y 63 hertzios, similares en modulación a las vocalizaciones de ballenas jorobadas (https://www.youtube.com/watch?v=WabT1L-nN-E

Las apuestas entre los astronautas de la Mars 3 están en qué encontraremos una explicación: a) geológica, b) fisicoquímica, c) biológica, d) una combinación, o como esas alternativas del colegio e) ninguna de las anteriores es correcta, que nos quedaremos con el mismo misterio, como hasta ahora.

-Yo estoy dispuesta a descifrar el enigma-.

Ceres está a una distancia promedio del Sol, igual a 2,77 unidades astronómicas y tarda unos 4,6 años en recorrer su órbita, pero su día es de solo 9,1 horas, poco menos que el de Júpiter. La inclinación de su eje de rotación es solo 4°, por lo que no presenta estaciones.

Como su atmósfera es prácticamente nula, su temperatura promedio es de 168 K, excepto en puntos ecuatoriales al mediodía, donde se han registrado valores máximos de -35°C.
Su masa y radio son pequeños, típicos de un planeta enano, eso hace que la gravedad en su superficie sea de solo tres centésimos del valor al que estamos acostumbrados en la Tierra (0,28 m/s2).
Esto presenta un doble problema para la navegación; es relativamente simple acercarnos, o alejarnos, pero cuando intentemos “aterrizar” en su superficie podríamos rebotar varias veces con poco control. Eso le sucedió a la sonda robótica “Philae”. 
(https://fisica1011tutor.blogspot.com/2014/11/philae-se-posara-sobre-el-cometa-67pc-g.html) de la Agencia Espacial Europea, en su intento por posarse suavemente sobre el cometa Churyumov–Gerasimenko en el año 2014. No queremos ese problema.

Iniciamos el descenso casi vertical, de la Piazzi, que está construida con arquitectura similar a la del “Challenger” de Apollo 14, desde luego con etapa de ascenso y con más de cien años de avances extraordinarios en ingeniería espacial incorporados.
No cargamos ningún “rover”, ni equipos para actividades extra vehiculares, para dar espacio a una poderosa taladradora.

Sobrevolamos el punto seleccionado de la planicie Ghost, solo nos quedan 500 m.
Cuando estábamos a una altitud de 15 m lanzamos un potente arpón unido a un fino cable que nos ayudó mucho en la caída, pero solo como guía, porque tres segundos después de posarnos, dedujimos que no se había clavado firmemente a la superficie del cráter. 
De no ser por los otros tres arpones automáticos del trípode de descenso, habríamos sufrido varios rebotes.
Finalmente estamos en Occator, pero quedamos un poco inclinados porque una de las patas se hundió más en el hielo, sin embargo, el sistema de amortiguadores de la Piazzi inician poco después el procedimiento automático para nivelarla.
Comprobamos que todos los sistemas de soporte vital están funcionando y ponemos a la nave en su estado de mínimo consumo de energía, mientras nos preparamos para un corto descanso nocturno.

Con un radio de solo 473 km, el horizonte de Ceres está a solo 1 km desde donde usted esté, para cualquier lado que miramos se puede notar la curvatura de la superficie y el campo de estrellas. Suponemos que aquí nunca prosperararían “cereplanistas”.
La Tierra, Júpiter y Saturno, lucen toda su belleza. Aún Mercurio, Venus y Marte pueden distinguirse con facilidad.

Nuestra expedición tiene principalmente un fin científico y de ingeniería-geológica, como ya les explicaré.
Pero con una prioridad menor se escogió la fecha de mañana, porque nuestros astrónomos han calculado que, con dos horas de diferencia, primero Marte y luego la Tierra, tendrán una conjunción inferior particular (¡vista desde Ceres, por supuesto!)
Algo que no se puede observar desde nuestro planeta; a las 8:10 U.T.C. y a las 10:03 U.T.C., veremos a Marte y luego a la Tierra realizar un tránsito solar, que desde aquí parecerán como dos minieclipses de Sol muy bien definidos y de larga duración.
El tránsito de Marte inició putualmente como se predijo. Sabíamos que era rasante, observamos cinco ocultaciones del Sol, como de tres segundos cada una. Creo que se deben a la interposición de algunas crestas y depresiones de las montañas en la Meseta de Tarsis y el Monte Olimpo. La topografía de Marte ya es bastante conocida, pero este tránsito es importante para reafirmar los conceptos teóricos, por ser observado desde un planeta enano, por primera vez.

Casi sin darnos cuenta, mientras preparábamos el informe, el tiempo nos alcanzó puntualmente y a las 10:03 U.T.C. llegó el tránsito de la Tierra. Casi centrada, lo que nos dio más minutos de observación y la oportunidad para tomar fotos, medir tiempos y distancias, que los astrónomos usarán posteriormente para recalibrar algunos parámetros.
Como el Sol está a 2,77 u. a. de Ceres, la intensidad luminosa disminuye unas 8 veces, pero como no tenemos atmósfera, esto se compensa un poco y los parámetros fotográficos de la cámara casi resultaron los mismos que usamos en la Tierra.
Bueno, ya pasó un corto “día” más, escasas cuatro horas de penumbra. Los informes de los tránsitos fueron registrados y guardados con éxito. Ahora las antenas de la Piazzi están enviando los datos a observatorios en la Tierra y a la base Mars 3.

En este nuevo día iniciaremos el acondicionamiento de la taladradora robótica Valquiria ML-8” que explorará el mar interior de Occator, o al menos un lago salado que se cree existe debajo de Ghost, según ha predicho el equipo geológico.
Primero hay que descargarla (¡a control remoto, por supuesto!) ya que nosotros no saldremos de la astronave. Siempre estaremos confortablemente en el ambiente artificial -humanizado- y seguro, que nos proporciona la Piazzi.
La taladradora viene montada cabeza abajo en su plataforma de lanzamiento y un sistema automático la colocará firmemente contra el suelo, para que inicie la perforación hacia el interior de Ghost.

La Valquiria es una novedosa combinación de taladro, similar en su extremo anterior a las máquinas TBM que perforaron el eurotúnel entre 1987 y 1993. Tiene varias modificaciones; es de solo un metro de diámetro y dos metros de largo, propulsada por un motor eléctrico que usa energía nuclear (¡permitida desde el 2050!). Además, el conjunto de brocas  de diamante se mantiene a alta temperatura y en el extremo posterior hay una especie de hélice trituradora, que ayudará a recongelar la raspadilla de hielo, para que el túnel se vaya cerrando detrás de ella.
Esto es necesario para no perturbar mucho las condiciones ambientales del agua salada del lago, ya que la baja temperatura y presión atmosférica (¡casi vacío!), a la cual quedaría expuesto el lago, si el túnel queda abierto, podría provocar algún problema. Si eso sucede el agua se congelará y sublimará en un cortísimo tiempo y causará una potente reacción fisicoquímica de naturaleza explosiva. Esperamos que no suceda.
Tenemos los dedos cruzados esperando que la Valquiria no quede atrapada, y que el espesor de la capa de hielo no sea mayor de 1,5 km, que es su capacidad máxima.

Pasan 16 horas de perforación y ocurre lo que esperábamos, la telemetría recibida desde la Valquiria nos indica que ha sufrido una “caída libre” de 25 metros, y que el módulo central llamado Piccard se ha desacoplado del taladro y su popa se ha transformado apropiadamente en una propela.

Aparentemente las aletas de navegación se han desplegado correctamente y este nuevo robot se mece ondulante en algún liquido salino, listo para recibir órdenes; para navegar, explorar, recoger y enviar datos, inclusive fotos.
Necesitamos primeramente activar las potentes lámparas led  que tiene en la proa, que de momento parece que no responden.
Varios intentos y no recibimos ninguna confirmación de que los focos estén iluminando el ambiente, pero sí de que hay producción de luz. Bueno, ¡qué les digo!, un sutil error de diseño; la secuencia de encendido no era tan explícita para nosotros, pero sí correcta desde el punto de vista de la ingeniería electromecánica.
¡Ja, ja!. “Primero quite las tapas protectoras”. Lo comprendemos, nos da risa y ejecutamos la maniobra, enviando la señal de encendido a dos micro explosivos que vuelan los resortes retenedores de las dos tapas.

El módulo de navegación de la “Piccard”, es bastante similar al que se usó para explorar los restos del Titanic, en el 2004 y aún contiene la pila nuclear de la Valquiria.


Se ha transformado en un vehículo operado remotamente que puede sumergirse, dirigirse a un punto seleccionado; inspeccionarlo con cuidado, recopilar datos de presión, densidad y pH. También estimar distancias y tomar fotos, grabar toda la información y enviarla a la Piazzi durante los períodos en que permanece en reposo. Solo puede funcionar durante 9 horas y 10 minutos, debemos darnos prisa.

  • Piazzi 0, demonios 1
Bueno, podemos decir que -esto se cocinó solo y casi sin darnos cuenta-.
Mientras nosotros observábamos los tránsitos y preparábamos la Valquiria, los sensores automáticos de nuestra astronave encontraron que entre 30 minutos antes y 30 minutos después del mediodía solar local, desde algunas grietas del Ghost, salen plumas y ondulantes, fantasmagóricas, de vapor de agua (según el espectrofotómetro). Poco después se disipan, en realidad se vuelven tan tenues que son indetectables con fotografías.
Pero algo nuevo: debajo de la Piazzi, posiblemente de la grieta que produjo el arpón, salió una interesante columna de vapor que brevemente empaño los "parabrisas" de la nave. Así que este demonio se redujo vapor de agua que sale del cráter, cuando la temperatura alcanza su máximo valor.

  • Piazzi (Piccard) 1, demonios 1
El robot Piccard tomó su primera secuencia de fotografías. Flotando, semisumergido en la superficie de un aparente lago interno bajo el domo salino del cráter Ghost, se muestra una caverna de unos 75 metros de diámetro, con un techo abovedado colmado de estalagmitas y con 5 “capillas” menores  que se extienden, en lo que interpretamos después, hacia cada una de las cinco depresiones salinas (los otros lobos) de Occator.
Dirigimos la Piccard en varias direcciones, hasta encontrar el fondo de una de estas capillas menores y encontramos la misma estructura, una bóveda de 35 m de diámetro y una chimenea cilíndrica en su centro, semejante al agujero de un cenote, pero no totalmente abierta, con un techo blancuzco, que seguro es el tapón de sal que se ve desde el exterior.

  • Piazzi (Piccard) 2, demonios 2
Y aquí parece que nos ataca un demonio. La Piccard recibe por primera vez un sonido que no proviene de sus propios propulsores. Un ruido de frecuencia promedio 11,4 hertzios, pero de muy baja intensidad (0,63 watt).
Duró 48 segundos, pero se repitió cada 0,3 horas.
fuente submarinaa
hidrotermal
.
Estábamos algo desorientados arriba en nuestro seguro santuario, las fotos de superficie y los datos de los otros sensores no nos guían para encontrar la causa. Entonces la capacidad submarina de la Piccard, su sistema de sonar y las fotografías, nos permitieron descubrir una diminuta ventila hidrotérmica , a unos 15 m de profundidad. Es como una chimenea de un 
crio volcán agua salada y alguna sustancia oscura, que posiblemente se alimenta de la pequeña actividad geotérmica que aún permanece en el tibio manto de este planeta enano.
Así desenmascaramos a este demonio.

  • Piazzi (Piccard) 3, demonios 4
Ya se va a cumplir el plazo de tres días, para investigar las vibraciones sonoras y averiguar qué las produce. Nosotros aquí en la nave estamos completamente concentrados y la Piccard en el lago, con sus cámaras, sonar y otros detectores listos para entrar en acción en cualquier momento.
Comienzan a detectarse vibraciones moduladas de 45 hertzios, pero de una amplitud creciente. La frecuencia también aumenta poco a poco hasta los 55 hertzios.
El dispositivo doppler nos sugiere que la fuente se está acercando, lo cual confirma el sonar que también registra algo redondo, pero ondulante, como de un metro de diámetro. No es un objeto sólido, pareciera que está formado por miles o millones de pequeños cuerpo cilíndricos de unos 5 mm de largo y casi 1 mm de grueso, que se desplazan al unísono como lo hace un cardumen de pequeños clamares.
En efecto, las primeras fotos lo confirman, ¡son seres vivos! 
Las imágnes con ultra-telefoto (1600 mm) casi nos permiten identificarlos.

¡Son tardígrados!, como los que describió jav en su cuento de 1999 "Tardígrados gigantes en el Chirripó" (solo yo tengo un manuscrito a medio terminar).
Claramente se adivinan los diminutos cuatro pares de patas, haciendo una especie de nado sincronizado con sus vecinos y el típico desplazamiento ondulante de los tardígrados.
Cada individuo parece un poco transparente, pero el “cardumen”, si es que el concepto se puede extender, tiene una tonalidad azul claro (zarco).
Se acercan y envuelven totalmente a la Piccard durante dos minutos, parece que curiosean un poco, luego se alejan, sin producir ningún daño aparente.
La amplitud y frecuencia de las vibraciones disminuye hasta desaparecer, las cámaras ya no captan nada. Toda la evidencia nos hace pensar que son seres vivos, posiblemente en un recorrido de alimentación a base otros seres vivos microscópicos que no pudimos detectar.

  • Marcador desconocido.
La pila nuclear de la Piccard está exhausta, y entonces el vehículo queda atrapado en el fondo de este lago interior, así se había previsto. Pero todos los datos están almacenados en la Piazzi y se enviarán a la Tierra, tan pronto despeguemos de Ceres y estemos en órbita, rumbo a la base Mars 3.
Iniciamos la secuencia de despegue del cráter Occator, la astronave se sacude fuertemente y se inclina peligrosamente hacia un lado, la capa de hielo salado colapsa, el túnel que había abierto la Valquiria se abre y se agranda en pocos segundos.
Sentimos que vamos a caer por el agujero del Ghost.
Solo tenemos tiempo para enviar una señal s.o.s., pero ningún resultado de nuestros hallazgos.
Desde los tres "tractores" encima de Ceres, si hubiera humanos presenciado la escena, verían la sonda espacial lanzada hacia arriba, encima de un blancusco chorro de "agua" salada, que inmediatamente se congela.

  • ¡¿Empate?!

Por "suerte" (en realidad por buena maniobra de despegue) y por la inercia (¡primera ley de Newton!), la Piazzi  se libera de la capa de hielo que la tenía agarrada. Se eleva y aleja del  de la sima Ghost


Hacia abajo  se observa una arqueda y esbelta columna de hielo de unos 15 m de alto, como una escultura para un parque. Parece la pata de un lobo blanco, con las dos garras del centro cortadas. Quedará allí para el recuerdo. 

Los demonios de Occator seguirán en el misterio, quizás por más de 7 años, hasta que los tractores logren convertir a Ceres en el tercer satélite natural de Marte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario